INVITADO AL BLOG: Inclusión digital sustentable: un nuevo sentido para la tecnología de información
RODRIGO BAGGIO (ver bio abajo) es el invitado a mi Blog. Lo conocí hace 5 años y desde entonces apoye su sueño de hacer mas accesible la tecnología en un marco de sentido y ética. Aqui su visión sobre la inclusión digital en una semana que a nivel mundial se celebra esta causa......
Año 2000. Atrapado entre la pobreza y la falta de expectativas, Marcos Antônio Nascimento da Silva se deja llevar por los tortuosos caminos de la marginalidad. Sus apenas 17 años son amargos por consecuencia de una penitenciaría de Sao Paulo para jóvenes infractores. A kilómetros de ahí, en la ciudad de Río de Janeiro, Altamiro Serra y Ronaldo Monteiro también pagarán el precio de las experiencias ligadas al crimen. La raíz de las motivaciones siempre es la misma: el derecho de tener una vida más digna.
Innegablemente, el fenómeno de la globalización llevó al mundo a un escenario de contradicciones. Junto con brindarnos altas dosis de soluciones tecnológicas e innovaciones, veo un legado de frustraciones y sueños archivados. Y es que por un lado está la productividad, instantaneidad, rompimiento de barreras geográficas, y por otro lado, la competencia desenfrenada y el consumismo frenético que desembocan en una lógica predadora de recursos y polarización de desigualdades entre naciones e individuos.
El Comité para la Democratización de la Informática (CDI), es una ONG enfocada a poblaciones de bajos ingresos y públicos especiales. Nació en un momento en que las tecnologías de información y comunicación (principales herramientas de globalización) pasaron a ser centrales en la mayoría de actividades. Era mediados de los años 90 y asistíamos entonces a la consolidación de una nueva sociedad fundada en el conocimiento, cada vez mas exigente de especialización y reciclaje profesional, que abría las puertas para una nueva forma de exclusión: la digital. A partir de allí, millones de Marcos, Altamiros y Ronaldos pasaron a sufrir una forma mas de discriminación.
Con la Mirada dirigida a la promoción de la inclusión digital y social, dentro y fuera de los límites de Brasil, el CDI diseñó e implantó un modelo pedagógico pionero que une el uso de la informática en pro de la ciudadanía. En sus mas de 980 Escuelas de Informática y Ciudadanía (CDI) alrededor de nueve países, la inclusión digital nunca se ha limitado al mero acceso y uso de la computación. El proceso de inclusión digital que propone CDI pasa por estimular el uso de la tecnología en una forma crítica y emprendedora, por incentivar el debate de la realidad, por apoyar proyectos de generación de ingresos, por compartir las buenas prácticas, por el respeto a la autonomía de las comunidades, por la emancipación del ser humano como tal, pero sobre todo por la construcción de un orden social mas justo e igualitario. Esta organización busca ofrecer oportunidades para que los educandos y educadores en conjunto, sean protagonistas de sus acciones y agentes de una transformación colectiva.
Estudios recientes sobre la inclusión digital dimensionan el desafío que nos espera. En el caso de Brasil, menos de un 19% de los hogares tienen computadoras, y sólo 14% del total de esos computadores tienen acceso a Internet. En el caso de Ecuador sólo cuatro de cada cien ecuatorianos tienen computadora y según el Consejo Nacional de telecomunicaciones, entre las causas están los altos costos de conectividad, el poco desarrollo de Internet social y la baja penetración de computadores, por su alto costo en comparación con el nivel adquisitivo: 2% frente al 7% en la región andina, 9% en Latinoamérica y 13% a nivel mundial.
En doce años de trabajo en el tercer sector, siempre invirtiendo en el rescate del sueño, el CDI ha mantenido sus esfuerzos enfocados en las poblaciones menos favorecidas. Buenos ejemplos de esta postura son justamente Altamiro y Ronaldo, a quienes cité inicialmente. Ellos han frecuentado la escuela de informática y ciudadanía al interior de la prisión, y cuando salgan de esta llevaran en su equipaje algo más que cursos de informática. Ellos han descubierto al menos el sentido de la autoestima y la determinación, han trazado horizontes por donde caminar y han enfrentado los estigmas y preconcepciones, convirtiéndose en puentes multiplicadores de una ciudadanía actual. Por otro lado, Marcos hoy trabaja en una gran empresa, Altamira coordina una EIC y Ronaldo se dedica a desarrollar proyectos de empleo y ciudadanía para ex presidiarios. Estas conquistas resaltan un aprendizaje que valoriza la tecnología como apoyo para los cambios sociales y que construyen puentes entre lo virtual y real, que son mundos cada vez mas próximos.
Rodrigo Baggio, a los 34 años es reconocido como uno de los emprendedores sociales más destacados del mundo. Es fundador y Director Ejecutivo del Comitê para Democratización de la Informática, CDI, organización sin fines de lucro presente en 20 estados brasileños y 9 países totalizando 964 Escuelas de Informática y Ciudadanía – EICs. Fue escogido por CNN como uno de los líderes mundiales, y por la revista TIME como "voz principal" del mundo.
Innegablemente, el fenómeno de la globalización llevó al mundo a un escenario de contradicciones. Junto con brindarnos altas dosis de soluciones tecnológicas e innovaciones, veo un legado de frustraciones y sueños archivados. Y es que por un lado está la productividad, instantaneidad, rompimiento de barreras geográficas, y por otro lado, la competencia desenfrenada y el consumismo frenético que desembocan en una lógica predadora de recursos y polarización de desigualdades entre naciones e individuos.
El Comité para la Democratización de la Informática (CDI), es una ONG enfocada a poblaciones de bajos ingresos y públicos especiales. Nació en un momento en que las tecnologías de información y comunicación (principales herramientas de globalización) pasaron a ser centrales en la mayoría de actividades. Era mediados de los años 90 y asistíamos entonces a la consolidación de una nueva sociedad fundada en el conocimiento, cada vez mas exigente de especialización y reciclaje profesional, que abría las puertas para una nueva forma de exclusión: la digital. A partir de allí, millones de Marcos, Altamiros y Ronaldos pasaron a sufrir una forma mas de discriminación.
Con la Mirada dirigida a la promoción de la inclusión digital y social, dentro y fuera de los límites de Brasil, el CDI diseñó e implantó un modelo pedagógico pionero que une el uso de la informática en pro de la ciudadanía. En sus mas de 980 Escuelas de Informática y Ciudadanía (CDI) alrededor de nueve países, la inclusión digital nunca se ha limitado al mero acceso y uso de la computación. El proceso de inclusión digital que propone CDI pasa por estimular el uso de la tecnología en una forma crítica y emprendedora, por incentivar el debate de la realidad, por apoyar proyectos de generación de ingresos, por compartir las buenas prácticas, por el respeto a la autonomía de las comunidades, por la emancipación del ser humano como tal, pero sobre todo por la construcción de un orden social mas justo e igualitario. Esta organización busca ofrecer oportunidades para que los educandos y educadores en conjunto, sean protagonistas de sus acciones y agentes de una transformación colectiva.
Estudios recientes sobre la inclusión digital dimensionan el desafío que nos espera. En el caso de Brasil, menos de un 19% de los hogares tienen computadoras, y sólo 14% del total de esos computadores tienen acceso a Internet. En el caso de Ecuador sólo cuatro de cada cien ecuatorianos tienen computadora y según el Consejo Nacional de telecomunicaciones, entre las causas están los altos costos de conectividad, el poco desarrollo de Internet social y la baja penetración de computadores, por su alto costo en comparación con el nivel adquisitivo: 2% frente al 7% en la región andina, 9% en Latinoamérica y 13% a nivel mundial.
En doce años de trabajo en el tercer sector, siempre invirtiendo en el rescate del sueño, el CDI ha mantenido sus esfuerzos enfocados en las poblaciones menos favorecidas. Buenos ejemplos de esta postura son justamente Altamiro y Ronaldo, a quienes cité inicialmente. Ellos han frecuentado la escuela de informática y ciudadanía al interior de la prisión, y cuando salgan de esta llevaran en su equipaje algo más que cursos de informática. Ellos han descubierto al menos el sentido de la autoestima y la determinación, han trazado horizontes por donde caminar y han enfrentado los estigmas y preconcepciones, convirtiéndose en puentes multiplicadores de una ciudadanía actual. Por otro lado, Marcos hoy trabaja en una gran empresa, Altamira coordina una EIC y Ronaldo se dedica a desarrollar proyectos de empleo y ciudadanía para ex presidiarios. Estas conquistas resaltan un aprendizaje que valoriza la tecnología como apoyo para los cambios sociales y que construyen puentes entre lo virtual y real, que son mundos cada vez mas próximos.
Rodrigo Baggio, a los 34 años es reconocido como uno de los emprendedores sociales más destacados del mundo. Es fundador y Director Ejecutivo del Comitê para Democratización de la Informática, CDI, organización sin fines de lucro presente en 20 estados brasileños y 9 países totalizando 964 Escuelas de Informática y Ciudadanía – EICs. Fue escogido por CNN como uno de los líderes mundiales, y por la revista TIME como "voz principal" del mundo.
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