El futuro tecnológico es HOY

Publicado en Vistazo

Lo que las personas buscan con la tecnología es más poder de decidir, buscar, discernir, impactar, incidir. Por tanto, los productos y servicios que vayan en ese camino serán los que sobrevivan.
Que el futuro es tan inmediato como el ahora, es un imaginario que hemos incorporado en nuestra visión contemporánea del tiempo, pero también en la manera de relacionarnos cara a cara, incluso virtualmente.Si bien hay varios factores que estimulan dicha visión, el que sin duda ha catapultado la sensación de inmediatez y presentismo es la adopción de tecnologías que cada vez se vuelven más personales y nos impacta en ámbitos cada vez mas privados. Hoy más que nunca, el parque, el barrio, incluso la escuela, son lugares o espacios sin identidad, mientras que la televisión o internet, a mayor digitalización y expansión, mayor capacidad de espacios, interacción y poder nos dan. Teniendo esto en consideración, la pregunta relevante es hacia dónde están migrando las soluciones y servicios tecnológicos, al momento de plantear el futuro inmediato de las tecnologías más personales.
La penetración de los celulares en la mayoría de países de la región es un hecho tremendamente relevante.Este indicador de acceso es sólo la punta del iceberg de lo que las grandes empresas de tecnología móvil deben lograr y aprovechar para sobrevivir. La tendencia hoy es que más allá del número de usuarios o la venta de avisos y contenidos, el sentido y hecho de ser móvil demanda el desarrollo de nuevos servicios personalizados. Es un hecho real y particular de nuestro tiempo el estar permanentemente conectado mediante un celular, esto facilita nuestra vida, nos informa, genera la capacidad de tomar decisiones en el mismo instante que pasan las cosas (desde conocer el contenido de un producto versus otro, o el saber que hay un descuento en la tienda que acabo de pasar caminando), es por ello que, las empresas de tecnología móvil están hoy obligadas a mirarse como empresas de “servicios móviles”, mas allá de una distribución de contenidos específicos y “estáticos”.
Por otro lado, las redes sociales en internet demostraron tener una increíble capacidad de reproducción y alcance. Sitios como Myspace o Facebook son cada vez más populares, sin embargo la gran interrogante es cómo sobreviven sin un modelo de negocios comprobado. Esto porque la mayoría busca conciliar las demandas propias de los espacios asumidos como públicos (aunque sean virtuales y en sí sean compañías privadas), con las políticas empresariales, como la de Facebook, de no publicar fotos de mujeres dando de lactar a bebés, la cual recibió miles de reclamos de los propios usuarios que se sintieron censurados o que consideraron que la medida adoptada era exagerada. Los límites de los espacios libres y abiertos, en cuyas plataformas subyacen modelos de negocios, enfrentan el dilema existencial de mantenerse o no como espacios sociales abiertos (con todo lo que ello implica), como empresas que buscan legítimamente el lucro.
Mientras en Ecuador se discute si el voto electrónico es muy caro para las próximas elecciones, poco o nada se avanza por transparentar procesos de licitaciones, rendiciones de cuentas, entre otras acciones que son igual de democráticas como el dar la opinión. Obama nos sigue dando lecciones de revolución ciudadana, porque los aportes de la campaña (en la cual recibió donaciones personales por internet) hoy permiten saber pública y claramente de dónde vienen, lo que implica finalmente saber a quiénes les está devolviendo los favores. Adicional a ello, mantiene una política de llevar a internet la mayor cantidad de información, así como de tecnologizar la mayor cantidad de procesos, de manera que el ciudadano común pueda tener claridad y verdadero poder al momento de interactuar con su gobierno. El principio cada vez más evidente para el futuro tecnológico es que lo que las personas buscan con la tecnología es más poder, poder de decidir, buscar, discernir, impactar, incidir. Por tanto, los productos y servicios que vayan en ese camino serán los que sobrevivan.

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