Ecuador: en el abismo de la censura
Publicado en LA TERCERA 27/07/2011
Si usted opina distinto al gobierno y lo publica en un medio, puede ser enjuiciado y condenado con cárcel y millonarias indemnizaciones.
Si usted opina distinto al gobierno y lo publica en un medio, puede ser enjuiciado y condenado con cárcel y millonarias indemnizaciones.CUESTA dimensionar desde Chile la gravedad de lo sucedido con el diario de mayor circulación en Ecuador, a propósito de la sentencia a tres años de cárcel y el pago de US$ 40 millones por parte de los directivos del Diario El Universo y su editor de Opinión, por supuestamente haber injuriado al Presidente Rafael Correa a través de una columna.
La sentencia implica que en Ecuador, si usted tiene una opinión distinta a la oficial (la que respalda el gobierno) y la publica en un medio, puede ser enjuiciado y condenado con cárcel y multimillonarias indemnizaciones. Incluso, significa que las compañías dueñas de los diarios o medios de comunicación se vuelven responsables y por tanto también deben ser sancionadas, a pesar de que sus editorialistas firmen de manera individual y asumiendo toda responsabilidad sus columnas, como lo estoy haciendo yo en ésta.
Esto tiene que ver más con un mecanismo de censura previa que de promoción de la libertad de expresión. Porque si lo que se sentencia es "coadyuvar" -es decir, que los dueños del diario ayudaron a que se conocieran las opiniones de un editorialista al darle espacio en sus páginas-, entonces desde hoy ninguna opinión contraria podrá escribirse libremente sin el peso de las repercusiones sobre el medio que publica. Algo delirante, si pensamos en cómo se manejan hoy las informaciones en las redes sociales, internet y otras plataformas.
Es conocida la deteriorada relación entre el gobierno de Correa y los medios de comunicación, en especial con los que ejercen oposición, con juicios a periodistas, ataques verbales contra quienes piensan distinto, incluso el manejo de medios de comunicación que incautó y no ha vuelto a vender, y que por lo tanto controla, llegando a sumar más de 15 los medios estatales a su disposición. Todo esto en medio de una permanente denuncia de casos de corrupción y atropellos desde la prensa hacia el gobierno de Correa. Visto desde la perspectiva del control del poder, es importante señalar que el proceso hacia el diario El Universo (con más de 90 años y cobertura nacional) ha sido desproporcionado y matizado por la presión y el poder que el Presidente Correa ha ejercido. La imagen de Correa saliendo escoltado por la policía en su auto blindado, mientras el editor acusado es agredido por simpatizantes del Mandatario, con un juez que dicta sentencia en menos de 24 horas, son ejemplos de que no estamos frente a un juicio más y que el poder político imprime tiempos, presiones y tonos.
Esta sentencia se da en un momento sumamente complejo, ya que pronto empezará el debate de la nueva Ley de Comunicación, en donde se podrían someter los contenidos de los medios a controles. Y es que el punto más preocupante no es regular la calidad de los contenidos, sino cómo se definen los criterios de calidad y quién lo hace, de manera de evitar el debilitamiento del pluralismo como principio democrático. La opción del Presidente Correa de enjuiciar al diario El Universo es la evidencia de que en Ecuador las opiniones diversas y las voces disidentes ya deambulan por el abismo de la censura.
La sentencia implica que en Ecuador, si usted tiene una opinión distinta a la oficial (la que respalda el gobierno) y la publica en un medio, puede ser enjuiciado y condenado con cárcel y multimillonarias indemnizaciones. Incluso, significa que las compañías dueñas de los diarios o medios de comunicación se vuelven responsables y por tanto también deben ser sancionadas, a pesar de que sus editorialistas firmen de manera individual y asumiendo toda responsabilidad sus columnas, como lo estoy haciendo yo en ésta.
Esto tiene que ver más con un mecanismo de censura previa que de promoción de la libertad de expresión. Porque si lo que se sentencia es "coadyuvar" -es decir, que los dueños del diario ayudaron a que se conocieran las opiniones de un editorialista al darle espacio en sus páginas-, entonces desde hoy ninguna opinión contraria podrá escribirse libremente sin el peso de las repercusiones sobre el medio que publica. Algo delirante, si pensamos en cómo se manejan hoy las informaciones en las redes sociales, internet y otras plataformas.
Es conocida la deteriorada relación entre el gobierno de Correa y los medios de comunicación, en especial con los que ejercen oposición, con juicios a periodistas, ataques verbales contra quienes piensan distinto, incluso el manejo de medios de comunicación que incautó y no ha vuelto a vender, y que por lo tanto controla, llegando a sumar más de 15 los medios estatales a su disposición. Todo esto en medio de una permanente denuncia de casos de corrupción y atropellos desde la prensa hacia el gobierno de Correa. Visto desde la perspectiva del control del poder, es importante señalar que el proceso hacia el diario El Universo (con más de 90 años y cobertura nacional) ha sido desproporcionado y matizado por la presión y el poder que el Presidente Correa ha ejercido. La imagen de Correa saliendo escoltado por la policía en su auto blindado, mientras el editor acusado es agredido por simpatizantes del Mandatario, con un juez que dicta sentencia en menos de 24 horas, son ejemplos de que no estamos frente a un juicio más y que el poder político imprime tiempos, presiones y tonos.
Esta sentencia se da en un momento sumamente complejo, ya que pronto empezará el debate de la nueva Ley de Comunicación, en donde se podrían someter los contenidos de los medios a controles. Y es que el punto más preocupante no es regular la calidad de los contenidos, sino cómo se definen los criterios de calidad y quién lo hace, de manera de evitar el debilitamiento del pluralismo como principio democrático. La opción del Presidente Correa de enjuiciar al diario El Universo es la evidencia de que en Ecuador las opiniones diversas y las voces disidentes ya deambulan por el abismo de la censura.
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