Desarrollo movil

Publicado en El Universo 06/03/2012


Acaba de concluir en Barcelona el Congreso Mundial de telefonía móvil, sin duda el evento más importante de la industria, pero además un lugar privilegiado para pensar el futuro de los países y su desarrollo de la mano de estos dispositivos. La gran demanda por más capacidad, por más aplicaciones y más pantalla, genera una presión importante, no solo a nivel de venta de estos equipos, sino en la forma como nos “subimos” a las soluciones que puedan finalmente mejorar nuestra calidad de vida.


Si vemos cómo estamos en Ecuador, uno podría asumir que el escenario es positivo en términos de penetración y acceso a estos dispositivos. De acuerdo a los datos de la Supertel, en Ecuador la penetración de móviles alcanzó el 105%, es decir que hay más de quince millones de líneas activadas (la mayoría concentrada en operadoras privadas) de las cuales el 85% son de prepago.



Durante las últimas décadas, los países con menos acceso a internet y con zonas absolutamente desconectadas de las urbes han propiciado el uso de iniciativas celulares para cambiar y mejorar la forma de atender las demandas del desarrollo. En India tuve la oportunidad de conocer una de las iniciativas más exitosas asociadas a la Fundación Grameen (famosa por sus microcréditos). A través del celular, las mujeres que acceden a los microcréditos, acceden a informaciones básicas como el precio de los productos, de manera de promover un comercio más justo. Junto con ello, el celular es usado como billetera móvil, idea que en Ecuador se ha discutido y valdría la pena recuperar. Otras iniciativas para el desarrollo económico tienen que ver con el valorar el acceso a información clara, esté donde esté, desde el curso de las mareas, a través de mensajes de texto para los pescadores, hasta el control de plagas para los agricultores.



El gran desafío sin duda lo vemos a nivel escolar. No hay alumno en Ecuador que no sepa cómo usar un dispositivo móvil, indistintamente de que tenga o no un celular propio, y por tanto los maestros tienen una gran oportunidad ahí. Desde envío de contenidos para las clases, hasta diseño de pruebas que puedan ir respondiendo con múltiples preguntas, o información clave para los padres, hoy la escuela tiene grandes oportunidades para que el celular, más que un distractor sea un gran apoyo. Países como Filipinas han desarrollado iniciativas que permiten el envío de pequeños videos para que los profesores los proyecten en la clase, imagínese explicando la célula con una animación sencilla que le llegue vía celular. En Chile por su parte, han innovado en el ejercicio de pruebas para entrar a la universidad, en donde los alumnos pueden probar y practicar en línea las preguntas y recibir los resultados de manera instantánea.



Las grandes limitaciones no son tanto del tipo de dispositivos que se usen, sino en lo costoso que es enviar la información y el acceso a banda ancha móvil, por lo que algunas soluciones pasan por “liberar” el tráfico de esos mensajes, cuando tengan carácter educativo. En Chile reciben “becas” para navegar sitios educativos desde el celular, sin costo, o el tener tarifa preferencial para envío masivo de textos al celular. Sin duda el gobierno y las empresas privadas podrían cooperar para hacer que esta tecnología no sea solo un celular en el bolsillo, sino un banco, una escuela, un hospital al alcance de la mano.






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