Planeta Yunus

Solo 27 dólares se necesitan para que una persona que vive en extrema pobreza, pueda cambiar radicalmente su vida según lo demuestra Muhamus Yunus (el banquero de los pobres).

Debo reconocer que mis raíces profesionales no son ni economistas, ni mucho menos financieras, quizás por eso cuando desde actores de la sociedad civil (es decir ni desde el sector empresarial ni el gubernamental) surgen estrategias sencillas y eficientes a problemas tan macro y estructurales como la pobreza, es algo que no deja de admirarme y reconfirmar que muchas veces lo que necesitamos es decisión y sobretodo compromiso para llevar a cabo verdaderas transformaciones, sea donde sea que estemos viviendo y el ámbito de acción que lideremos.

Seguramente para la mayoría de las personas, el estigma de los pobres los lleve a considerarlos como vagos, incultos, incapaces de sobrellevar responsabilidades y peor aun, enviciados en una forma de ver el mundo que muy difícilmente podrán insertarse “correctamente” en nuestras lógicas productivas, de consumo y socioculturales. Esta no es una afirmación tirada al aire, todo lo contrario varios estudios han señalado cómo las elites (desde quienes diseñan planes de desarrollo social, hasta quienes ejercen opinión en los países) tienden a ver y recrear estigmas en los mas pobres, traduciéndose, entre otras cosas, en políticas y estrategias de abordar la pobreza igualmente viciadas por ideas que se alejan mucho de las realidades. De ahí que el asistencialismo, la bonificación sin mayor esfuerzo, el regalo o donación populista (que tanto le gusta a nuestro políticos que cortan cintas cada día), la falta de rigurosidad y demanda de esfuerzo por parte de los beneficiados (en este caso los más pobres) ponen en perspectiva mi afirmación de cómo reproducimos incesantemente estos estigmas.

Afortunadamente todo parece indicar que la superación de la pobreza, si bien debe ser una misión tipo “país” en muchos lugares esta siendo liderada por pequeños esfuerzo que dejaron de ser puntuales y se han convertido en verdaderos movimientos. Me refiero específicamente al liderado por Muhamus Yunus, un hombre Bengalí de 64 años, que rompió justamente con el estigma de los pobres “insalvables” y les dio las herramientas necesarias para emprender su cambio de vida. Todo lo contrario a lo que la mayoría pensaba, Yunus empezó a desarrollar su proyecto basado en las mujeres y no en los hombres, en las confianzas y no en las dudas, en el trabajo colectivo y no en el individual, en el acceso a crédito y no en la donación de dinero. Su paso por Chile recientemente para la cumbre regional de micro crédito conmovió a un país que se jacta de ser el mas desarrollado de la región, pero que aun conserva una inequidad vergonzosa, pero que para este sencillo y revolucionario hombre, se debe a una falta de decisión y compromiso de las personas que pueden y deben hacer los cambios.

La formula que plantea Yunus es sencilla, por el hecho de entregar aproximadamente 27 dólares a las personas, estas pueden ser capaces de desarrollar micro emprendimientos, que les permitirán superar su estado de extrema pobreza. Para muchos, es mas fácil bajar la ventana del auto y darle esa plata a un mendigo, sin embargo los resultados que proyecta Yunus son bastante mas alentadores y efectivos. Aquí una de las claves es haber invertido principalmente en mujeres, quienes por razones históricas están mas excluidas y con mayores dificultades para acceder a un crédito o tener un aval, pero además son mas cumplidoras y ordenadas al momento de pagar. También basa su préstamo a un grupo de personas (no familiares) y por lo tanto no se trata de individuos aislados, lo que implica que el compromiso que se asume es grupal, aquí todos ganan o todos pierden, permitiendo que la taza de retorno del crédito sea mas alta. Cabe mencionar que ninguna de estas personas tienen avales, por lo que a través de vías mas formales como las de un banco comercial se les hace imposible acceder a un microcredito. Finalmente, el Grameen bank (o banco de los pobres) reconoce en cada uno de sus clientes – concepto que va mas allá del “beneficiario o receptor de donaciones” - a verdaderos emprendedores, que necesitan en el tiempo apoyo tecnológico, educación y mas crédito para hacer crecer sus ideas. Conocí de cerca por ejemplo cómo hoy se les está dando acceso a teléfonos móviles a mujeres, para que desde estos puedan hacer mejores transacciones comerciales, comunicarse entre sus pares o acceder a precios justos. Algo sencillo en donde la tecnología no es el fin sino claramente un medio que complementa esta idea.

Lo que me parece fascinante de la idea de Yunus es que hoy en países como Chile, esta solución del micro crédito a los mas pobres, esta empezando a ser asumida por bancos del Estado, y de a poco por bancos privados también. Para muchos la falta de avales y una cultura del “sabido que no paga” corre en contra, pero sin duda se ha desarrollado un aprendizaje que busca potenciar otras actitudes que nos permita asentarnos sobre confianzas y sobre economías reales que permitan a la mayoría de personas beneficiarse y no ahorcarse al momento de acceder a un crédito. Algunas iniciativas ya están en camino en nuestro país, sobretodo lideradas por algunas fundaciones, sin embargo, el desafío está en cómo vamos adoptando estos modelos que han revolucionado a países como Bangladesh y además vamos sincerando nuestras propuestas económicas para los mas pobres, no desde el regalo populista o desde la oposición acérrima a mecanismos como el TLC, sino desde la inversión en las potencialidades y en la capacidad de emprender. Una idea de cambio económico que ojalá a más de uno interese impulsar con mas ganas en el país.

Publicado en Vistazo, 1 Julio 2006

Comentarios

Anónimo dijo…
Recibe los saludos de la Parroquia Universitaria, cuyo Párroco es el Padre Juan Bottasso, sacerdote salesiano que impulsa varios programas de apoyo para las personas menos favorecidas en nuestra sociedad.

Nos ha dado mucho gusto leer el artículo "Planeta Yunus", publicado en la revista Vistazo del mes anterior.
Para nosotros es muy grato conocer a más personas que compartan esta idea tan creativa y aplicable de no dar limosna, sino al contrario de apoyar con microcréditos el esfuerzo de las personas que no pueden acceder a ningún sistema de crédito tracional, ya que no solo no son sujetos de crédito, sino que ni siquiera son considerados como personas capaces de organizarse y merecedoras de la confianza de los demás.
En nuestra Parroquia tenemos un programa de microcréditos denomidado USHANY, mismo que aplica gran parte de la metodología porpuesta por este gran economista. Por esto nos encantaría ponernos en contacto contigo para recabar mayor información que nos permita crecer y conocer más sobre la propuesta de M.Yunus, ya que realmente estamos en pañales y sentimos la necesidad de fortalecernos ya que la demanda es muy grande y la experiencia hasta ahora es bastante satisfactoria.

Por favor agradeceré avisarnos cuando podríamos hablar personalmente para conversar sobre esta magnífica posibilidad de crecimiento a través de tu investigación. Nos ayudaría mucho tus conocimientos y ojalá puedas involucrarte como gua en este proceso.
Mil gracias tu atenciòn.

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