Atrincherados en la comodidad

En un vertiginoso cambio urbano, nos hemos quedado paralizados culturalmente. Necesitamos un cambio que denote más evolución

El camino hasta Julio Moreno es empolvado y solitario, son más de 50 minutos bordeando la represa por la antigua (muy antigua) carretera a Salinas.En medio del abandono de casas viejas está el “antiguo” centro de salud, paradójicamente tan nuevo como el recientemente inaugurado a menos de 20 metros y en donde al parecer, la salud no se ha convertido en un área con mayores impactos en la comunidad. También está la escuela fiscal, que ha recibido un importante aporte para el desarrollo de su infraestructura.Ahí mismo tienen instaladas ocho computadoras donadas hace ya varios meses, pero los maestros que tomaron el curso de computación casi no las utilizan, están ahí adornando la sala, como si fueran un trofeo, mientras los docentes siguen escribiendo en sus empolvados cuadernitos las planificaciones de clases.En este sector se vive seis meses al año del cultivo de las ciruelas y el resto de lo que dejan esos meses de auge. Sin embargo, a pesar de la relevancia de las actividades agrícolas y de la presencia de la represa, el riego es escaso, porque el agua de la represa no quieren usarla, no es buena dicen, no les sirve.La resistencia al cambio es un rasgo recurrente en nuestra cultura, todas nuestras seguridades y estabilidades pasan por el hecho de mantenernos quietos, temerosos y apáticos frente a los desafíos que implican los cambios y las evoluciones.Y es que el mayor desafío no está en la integración de las tecnologías o la infraestructura, sino en los cambios de paradigma que éstos conllevan, como el caso de la educación en donde más allá de utilizar computadoras en el desarrollo de las clases, de lo que se trata finalmente es de generar nuevas dinámicas pedagógicas, marcadas por la participación y estimulación de la creatividad y autonomía de los alumnos.Implica que los profesores pierdan el temor a ser los dueños de la verdad y el conocimiento y sean verdaderos facilitadores y promotores del desarrollo de habilidades en los alumnos.

Esta resistencia se debe a que nuestros patrones y paradigmas son amenazados cuando se les demanda un giro en su accionar. Es decir, que esa “mochila” de identidades, de códigos, de referentes, con los cuales actuamos y a través de los cuales observamos el mundo, suele ser tremendamente inflexible cuando de cambios se trata. Especialmente si lo analizamos desde el desarrollo social, un ámbito tremendamente sensible y cuyo mayor freno es precisamente el cultural.Y es que como bien dijo Jaime Lernet (brasileño experto en transporte urbano) al exponer durante su reciente visita a Guayaquil, el cambio más lento y más complejo es el cambio cultural. Éste no sólo se traduce en cómo usamos o integramos nuevas infraestructuras en la ciudad, sino cómo nos vamos apropiando de éstas, y aún más importante, cómo vamos redefiniendo nuestras relaciones como producto del cambio físico de la ciudad. Porque no es lo mismo construir una metrovía y usarla, que redefinir nuestro concepto de movilizarnos y valorizar nuevos espacios. No es lo mismo modernizar y recorrer Guayaquil, que conocer sus espacios, sobre todo en una ciudad que crece abruptamente y cuya identidad no sólo se la da el Malecón o los puentes, sino toda esa ola de migraciones y asentamientos que duplica el número de guayaquileños y nuestras formas de reconocernos y convivir.La transferencia tecnológica o la inversión en infraestructura no son en sí mismas determinantes del cambio social y cultural.Para que éstos se den es necesario alejarnos de la perspectiva fetichista centrada en el objeto u obra urbanística propiamente tal y dar paso al siguiente nivel que implica reorganizarnos, relacionarnos, en definitiva identificarnos de forma distinta a la que hemos estado cómodamente acostumbrados a estar.

Comentarios

Denise Nader dijo…
¿Pero para qué hace falta darse cuenta de eso? No es el punto, creo, y no nos llevaría a nada.

Si hablamos de las apropiaciones y de las formas de vivir la cultura que son "endémicas", veremos que no sacamos mucho con querer imitar a las "culturas superiores". La cultura no funciona así: no se puede hacer un collage de rasgos que nos gustan de las "culturas superiores" y crear con ellos nuestra nueva cultura "ideal" y pretender que funcione como el mecanismo de un reloj (¿suizo?).

Se pueden importar tecnologías, métodos, disciplinas, pero la cultura no es ajena a las formas de usar esos elementos. Y esa cultura "superior", en donde se convive con esos elementos y estos son usados de formas muy distintas a las nuestras, no se importa.

Vistas las cosas así, creo que la dicotomía de "superior" o "inferior" es inútil. Al menos si hablamos de cultura.
Ana dijo…
Exactamente eso es en lo que recae tu comentario Schinz, en un dogmatismo al pretender clasificar las culturas en inferiores y superiores ¿segun quien, segun que?

Me parece que mas que relativizar, lo que plantea Nashira es una mirada mucho mas integracionista del asunto y por cierto menos excluyente.

Tu dices que hay sociedades que priman ciertos valores "mejores" que en otras culturas, y ahi la linea es muy delicada en terminos de qué es lo que creemos que es mejor y peor, segun quien, segun que circunstancias.

Te pongo un ejemplo concreto, la semana pasada se "convirtieron" al Budismo varios Induistas que dentro de su estructura de castas eran los de mas abajo (intocables), los del ultimo peldaño. Al convertirse al Budismo, se despojan de dicha limitacion y pueden ser mas libres y acceder a mas experiencias de vida. Para la gente de la India esto es inaceptable, para nosotros puede ser un camino a la libertad.

Entonces no por ello asumo que la cultura de la India es inferior a la mia, incluso cuando frente al sistema de castas no existe solucion posible que no sea interna, que no provengan de adentro, lo que implica que cualquier politica de inclusion social no tiene sentido si por religion y cultura no se acepta.

La cultura no es externa, sino que es parte de un sistema autosuficiente y (desde la biologia) autopoietico. No comparable entonces porque es cerrado.
Anónimo dijo…
Schiz cum snake, hay una forma de pensar en la que se parte de la idea de que ciertos rasgos culturales son mejores y por ende superiores a otros. Luego se usan ciertos "ejemplos" que lo demuestran. No se llama razonar, sino racionalizar.
Si seguimos tu forma de pensar, entonces obviamente la cultura china es superior a la Europea, y los musulmanes, que se inventaron el algebra tambien.
Tu forma de pensar, asume que los hechos historicos como la colonizacion Europea son muestra de la superioridad de sus culturas.
Esa forma de pensar se llama racismo y fue la base del pensamiento Nazi. Aquellos Nazis salvajes y deplorables que causaron la muerte de millones de personas.
Ana dijo…
Volvemos a la idea de que el sistema cultural es cerrado y autoreferente.

No es una vision new age, todo lo contrario, es una vision que desde la ciencia (biología principalmente) se ha rescatado con una importancia no menor. Los sistemas celulares se autoreproducen (autopoiesis)

Aqui no se trata de que los sociologos y antropologos ponemos a la cultura como algo externo que se observa desde un sitial especial, todo lo contrario se asume principalmente que somos parte de ese sistema, que estamos dentro de ese sistema y por lo tanto no podemos desprendernos del mismo. Simplemente hace una lectura bastante mas honesta al decir, observamos la cultura desde un segundo orden es decir observamos como observamos (teoria de la "misma sopa" que menciona Schinz.

Pero este enredo mas epistemologico no es lo central, me parece a mi que lo que se recoge en este tipo de observaciones y análisis es que la teoría tiende a ser absolutista porque en su proceso de categorizar y de armar esquemas va dejando las particularidades fuera.

La postura gris, la postura multicultural, es tambien una forma de manifestacion igual de fuerte que una mas dogmatica, yo creo que es muy romantica la vision de pretender que hay culturas superiores o inferiores, fuertes o debiles, descartando que en la interrelacion con las culturas los rasgos cambian tambien dando paso a otros matices igualmente potentes sin necesariamente relativizar todo.

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