El juicio de los medios

A propósito de la obra Frost/Nixon, la cual tuve la oportunidad de ver en teatro mucho antes de que pasara al cine, me quedó dando vueltas el tema en torno a la relevancia de los medios en las crisis de las democracias. Luego de la salida de Nixon (por el escándalo de Watergate) éste prácticamente no tuvo un juicio real, sino que recibió un “perdón” casi simbólico por el presidente entrante.

No fue sino hasta que llegó a las cámaras de un entrevistador de farándula británico que lograron que pidiera disculpas públicas al país, y reconocer que lo suyo había sido un error y sobretodo una gran falta al país. De cierta forma la entrevista de David Frost a Richard Nixon fue el verdadero juicio que tuvo frente a la nación.

En un país donde las instituciones funcionan el “juicio” a Nixon se realizó frente a la TV, justamente porque el balance entre poderes muchas veces requiere la presencia y protagonismo de unos frente a otros. Pretender alejar a los medios de comunicación como un sistema “aparte” o “satélite” del acontecer público, es una forma de antidemocracia feroz. De ahí que lo que esta película/obra de teatro/ crónica, entre Nixon y Frost es un lección de poder, pero no entre el ex presidente y el periodista, sino entre el poder de las élites gubernamentales y la ciudadanía en donde lo que prevalece entonces es el balance de poderes.

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