¿Cómo se ama lo que no se conoce?


Publicado en El Universo (02/11/2010)


Al ver cómo se ha ido engrosando la capa que divide y confronta al gobierno de la ciudadanía, en especial a partir de los hechos recientes, surge la pregunta insistente, y a veces necia, de cómo revertimos esta situación, o cómo construimos verdaderamente una relación social más fluida, basada en principios de convivencia, justicia, participación (y aunque suene trillado), democracia de verdad. Paradójicamente, hace solo un par de semanas, en Guayaquil se juntó la plana máxima de expertos en educación para la promoción de la ciudadanía, que probablemente para muchos suene algo bastante lejano y poco relevante para un sistema educacional que está en deuda, pero francamente, viéndolo en perspectiva desde lo que nos pasa, vale la pena revisar algunas de las conclusiones que este foro promovido por el BID y la Unesco ofrecen, ya que desde la experiencia y no desde la teoría (como se suele hacer) han contribuido a la respuesta de esta necia pregunta que hoy nos volvemos a hacer.

En Latinoamérica, menos de la mitad de la población (apenas un 43%) tiene creencias democráticas, el resto no considera relevante este aspecto o simplemente no cree en ella. Al mismo tiempo, se observan muy bajos niveles de confianza en las instituciones (eso en Ecuador lo tenemos más que arraigado). Pero, y quizás aquí está el factor clave, hay un impacto positivo de la cantidad de años de educación sobre las creencias democráticas, lo que implica que es desde el terreno de la “educación” en donde se gana esta batalla por el deterioro de la ciudadanía. Esto no implica que por el solo hecho de expandir la cobertura de la educación automáticamente seamos más democráticos, ni tampoco enseñando más educación cívica o aprendiéndonos el himno de memoria, sino que junto con la promoción de contenidos y de un currículo que abarque conocimientos sobre las normas cívicas y las instituciones políticas (que por lo demás, apenas un 57% de los currículos de la región toca este tema de las instituciones) se promuevan explícitamente actitudes, habilidades y conductas. En concreto se trata de conocer y vivir estos principios.

Hasta aquí las reflexiones de los más académicos, porque en concreto, ¿qué experiencias están funcionando entre los más jóvenes? En la región hay un sinnúmero de programas que se están insertando en el interior de las escuelas, por ejemplo, los debates interescolares que promueven una cultura del debate de ideas por sobre la confrontación. También hay programas que abarcan la colaboración desde la escuela hacia la comunidad, abriendo el espectro de los alumnos más allá de la sala de clases. Otro caso emblemático es la réplica de la asamblea de Naciones Unidas dentro de los colegios, en donde los grupos asumen roles de países. También están los talleres de comprensión de medios y creación de prensa libre, en donde se discute a fondo el rol de los medios, se conocen sus procesos y se educan audiencias de jóvenes lectores capaces de interpelar a los medios. Todas estas experiencias en la región han tenido buenos resultados, pero también han sido acciones puntuales y poco transversales, por lo que hay que promoverlas más y más. Las políticas públicas tienen mucho que hacer, pero también los colegios, padres de familia y profesores por promover estas prácticas como semillas reales del cambio que esperamos para nuestros hijos.

Comentarios

"En Latinoamérica, menos de la mitad de la población (apenas un 43%) tiene creencias democráticas, el resto no considera relevante este aspecto o simplemente no cree en ella."

Sorprendente, por decir lo menos. ¿Puede proporcionar la fuente de este dato?
Ana dijo…
Esta informacion la obtuve del paper que escribio Cristian Cox para el Foro Regional de competencias ciudadanas, el mismo que puede ubicarlo en este link: http://sredecc.org/Foro/Documentos.html
recomiendo leer el documento porque incluye muchos otros datos reveladores de la realidad latinoamericana pero que por espacio no puede comentar en profundidad en mi columna del universo.

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