Ganando Lectores
Publicado en El Universo 10/07/2012
Empiezan las fiestas Julianas y la feria del
libro aparece como uno de sus grandes hitos, una tradición que con el tiempo el
Municipio ha sabido capitalizar para que este no sea un evento que pase
desapercibido sino que efectivamente convoque cada vez a más ciudadanos. Este
año la feria pondrá un foco especial en los lectores infantiles, hecho que no
deja de ser importante si consideramos que de acuerdo al informe presentado en
el 2011 por la Unesco denominado “educación para todos”, el porcentaje de alumnos de sexto grado que han
alcanzado el nivel más alto de comprensión lectora llega a apenas a un 4,5% en
nuestro país, lo que significa que en promedio la mayoría de niños no comprende
lo que leen.
El
desafío de lograr generaciones lectoras es de todos y no se trata únicamente de
aumentar horas de lectura en el colegio o remodelar bibliotecas, se trata de
respirar e incorporar este acto tan importante, en la vida cotidiana. Como
algunos expertos en fomento a la lectura afirman “la medida secreta del
bienestar de un pueblo es su capacidad para fabular”, qué pobre aquel pueblo
que no sueña, recrea, fabula y termina por silenciar su mente. Quizás para
muchos la amenaza está dada por los medios audiovisuales y la tecnología, sin
embargo, para quienes diseñan estrategias la clave está en no desconocer las
nuevas formas de encantarse y de viajar por los caminos de la imaginación que
estos nuevos medios ofrecen a los niños. Recientemente en Chile se premiaron
iniciativas innovadoras de fomento a la lectura y uno de los hechos que mas me
sorprendieron fueron aquellos ejemplos de profesoras que invitaban a escribir
murales, letras de canciones, fotos novelas, cartas, incluso realizar viajes
para contextualizar las lecturas que emprendieron con sus alumnos. La clave
parece estar en no perder el interés y la atención. “Hay libros que no parecen
escritos para que la gente aprenda, sino para que se entere de que el autor ha
aprendido algo” sentencia Goethe y nos llama a validar el hecho de que la
lectura es principalmente un acto placentero.
En
Ecuador, una de las iniciativas más exitosas es la campaña de lectura Eugenio
Espejo que gracias a la autogestión y asociación de varias organizaciones, ha
superado los 5000 lectores y este año busca duplicar su impacto. Todo esto
mediante una innovadora gestión que descuenta en la planilla de la luz 1,5
dólares para poder distribuir masivamente libros, capacitar a mediadores de
lectura y difundir la iniciativa. El Estado por su parte en la época del
Ministro Vallejo dio prioridad a la denominada campaña “Ecuador un país que
lee”. Actualmente el plan de fomento a la lectura no dista mucho de lo que
hacen otros países, esto es, reforzar la red de bibliotecas, distribuir libros,
reforzar a los docentes, difundir, etc. Cuánto lee un país depende finalmente
del convencimiento y valoración que tengamos todos, así como de los recursos y
capacidad de articulación de iniciativas que tengan los gobiernos. Dado que
este es un ámbito que dialoga entre lo formal y no formal, entre la escuela y
la casa, los medios y el currículo, aquellos países que logran vincular de
mejor forma los esfuerzos sin duda logran resultados superiores a pesar de
contar con una misma base en términos de políticas públicas.
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